martes, 2 de julio de 2013

Matemáticas y animación 3D: Un proceso creativo

Resulta curioso cómo lo que más me ha llegado de todas las XVI JAEM de Palma puede venir de la persona con menor formación matemática de todas a las que he asistido. Perdón, corrijo, con menor formación reglada de matemáticas. Porque su capacidad para ver donde otros no vemos es absolutamente innegable.

Se trata de Cristóbal Vila. Un animador 3D que admite que su principal referente puede ser Leonardo Da Vinci, por cuanto supone de unir arte y ciencia. Recomiendo dar un paseo por su blog, su twitter, o leer, por ejemplo, la entrevista que apareció el 03 de julio en El Diario de Mallorca. Nunca es una pérdida de tiempo conocer a alguien interesante.

La ponencia versó sobre cuatro de sus creaciones, su inspiración matemática, su proceso de creación y modelización.

La primera de ellas se inspira en el siguiente grabado de Escher: Snakes
¿Cómo se puede generar matemáticamente este grabado? ¿Qué tiene de fractal? Infinitud del centro y el borde del círculo, simetrías radiales... Todo ello entra en juego a la hora de elaborar el siguiente corto:


 La inspiración de Escher volverá más adelante. Pero el segundo corto que Cristóbal Vila compartió con nosotros fue: Isfahan. La fuente de su inspiración es ahora el arte persa. Isfahan es la tercera ciudad más importante de Irán

Pero, nuevamente, la geometría presente en él (esferas, tangentes, simetrías...) lo hacen perfecto para compartir en unas JAEM.


Quedaban las dos joyitas más importantes. La primera de ellas es la que seguramente hizo más famoso a Cristóbal Vila entre la comunidad matemática. Se trata de Nature by Numbers:


Partiendo de la sucesión de Fibonacci, vamos construyendo la espiral área, el número de oro, los rectángulos divididos en media y extrema proporción, o la división de una circunferencia en media y extrema proporción, dando lugar a los ángulos entre hojas de una planta, o entre semillas del propio girasol. Una belleza sublime que si no me emocionó más, fue porque era el cortometraje que yo ya conocía. Con todo, como admitió el propio Antonio Pérez en el turno de preguntas, hay que admitir que la capacidad de Cristóbal Vila para transmitir lo que a nosotros los profesores de matemáticas nos gustaría, es fuera de serie.

Dejó Cristóbal Vila para el final una de sus últimas obras. Aparentemente sin grandes pretensiones, quería retratar lo que podría ser un bodegón de naturalezas muertas muy particular: la habitación de trabajo de Escher. ¿Cómo podría inspirarse este gran genio? Esto es una reconstrucción muy libre por algunos de los lugares comunes de todos aquellos que hemos tenido una formación matemática:


Visualizar las maquetas del sistema solar, la circunferencia que crea cicloides, los desarrollos de los sólidos platónicos o el problema de los siete puentes de Köningsberg supuso para mí un momento de emoción. Yo mismo me preguntaba cómo puede emocionarme un corto que carece de historia, de personajes, de sentimientos. Creo que a esto es a lo que Fraleigh llamaba sensibilidad matemática. Gracias, Cristóbal Vila, por hacerme sentir esto.

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